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Cultura y Sociedad Muchik

El inicio del conocimiento de la cultura Muchik

El inicio del conocimiento de la cultura Muchik
En 1987 el nombre de Lambayeque dio la vuelta al mundo a través de los cables de noticias internacionales: los arqueólogos del Museo Brünning dirigidos por el Dr. Walter Alva descubrieron el mausoleo real de un soberano Moche en Huaca Rajada, Sipán, un poblado cercano a Chiclayo.

Los diarios y revistas más importantes del mundo le dedicaron los titulares de sus portadas. Las cadenas de televisión de los cinco continentes presentaron reportajes dedicados al Señor de Sipán, nombre con el que fue bautizado por el propio Walter Alva para resaltar el pequeño poblado de agricultores cercano al lugar del hallazgo.
Desde entonces, Lambayeque comparte con el Cusco el simbólico papel de ser las ciudades más representativas del esplendor de las civilizaciones que poblaron el Antiguo Perú.

Por todo esto ANDARES de LA REPUBLICA presenta este número dedicado al l.ambayeque arqueológico, para que los visitantes tengan una idea general de la importancia cultural de este departamento norteño, y para que compartan con sus pobladores el anhelo de contar con un Museo dedicado especialmente a albergar las Tumbas Reales del Señor de Sipán, vecino al Museo Enrique Brünning, en la ciudad de Lambayeque.

La cordillera de adobe
Hace 1,300 años se produjo una revolución cultural en los valles del actual departamento de Lambayeque.

Durante siglos las comunidades agrarias asentadas en la zona fueron tejiendo una impresionante red de canales, acueductos y represas que unieron todos los valles y cubrieron de verde el desierto con enormes campos de cultivo.

Fue así que en pleno apogeo de las civilizaciones Moche, Sicán y posteriormente durante la época clásica de la cultura Lambayeque, esta zona se convirtió en la despensa de alimentos más grande del antiguo Perú.

Fueron siglos en que las culturas asentadas en Lambayeque contaron con suficiente mano de obra para construir impresionantes santuarios y plataformas funerarias donde fue enterrada la élite de guerreros y sacerdotes que gobernaron la zona.

Los restos de los primeros monumentos arquitectónicos se pueden ver en Poro-Poro (Udima) o en Purulén, en la parte baja del valle de Zaña, donde la arena de los siglos cubrió 15 edificios piramidales descubiertos en 1983 por un equipo de arqueólogos dirigidos por Walter Alva.
En la zona alta del valle de Zaña se encuentran los famosos geoglifos de Pampa Caña Cruz, representando imágenes de divinidades semejantes a las de Nasca.

En Chotuna, Batán Grande (la enorme ciudadela preínca) y Apurlec se pueden contemplar viejos monumentos piramidales que se elevan como pequeñas montañas de adobe en medio de los campos de cultivo. Pero es en Túcume donde se encuentra la zona monumental más impresionante del departamento: 21 pirámides rodean el mágico Cerro Purgatorio, formando un inmenso círculo de adobe situado en pleno bosque de algarrobos.
Sintomáticamente, es en Túcume donde están asentados los chamanes más famosos del norte peruano.

Otros lugares de interés arqueológico son los altares de piedra de Oyotún, cerca del pueblo de Nueva Arica, y Sangana, en las partes altas de río La Leche (a 2,200 metros sobre el nivel del mar), donde existen tres pirámides y algunos monumentos de piedra que fueron fotografiados por Enrique Brünning en 1902.

Si bien sus monumentos arquitectónicos son los signos más visibles del esplendor de las civilizaciones que se desarrollaron en Lambayeque, es su orfebrería y su cerámica la que logró fama mundial desde los años de la Colonia, cuando se inició el saqueo sistemático de los monumentos funerarios existentes en todo el norte peruano.

El pillaje continúa hasta nuestros días pero ha sido casi controlado gracias a la colaboración de los propios lambayecanos, quienes han comprendido que fomentando el trabajo de los arqueólogos quedará garantizada el prestigio histórico de su departamento.

Los estudios científicos del pasado lambayecano recién se iniciaron a comienzos de este siglo, cuando el viajero alemán Enrique Brünning realizó un estudio sistemático de la región desde 1917 hasta 1923. Años después, en 1930, Alfred Kroeber fue el primer arqueólogo norteamericano que visitó Lambayeque, resaltando el potencial científico de la región.

Sin embargo, la primera investigación arqueológica de gran magnitud fue llevada a cabo en los años 50 por el equipo dirigido por Paul Kosock y Richard P. Schaedel, quienes fueron los primeros en percatarse de las impresionantes obras de ingeniería hidráulica construidas en Lambayeque. Determinando además que mientras el valle del río La Leche fue escenario del desarrollo urbano, el valle del río Lambayeque sirvió para la explotación agraria de la región.

Pero es en 1970 cuando el complejo arqueológico de Lambayeque mereció la debida importancia de los investigadores, realizándose excavaciones a gran escala en la ciudad ceremonial de Pampa Grande, considerada la última capital de la cultura Moche.

En 1978 se inició el proyecto arqueológico Sicán, en Batán Grande, dirigido por el Dr. Izumi Shimada, determinándose la importancia de esa zona como centro de la red de caminos que unían el norte peruano con el resto del país y, siglos después, como capital de la portentosa civilización Sicán.
Pero fue en 1987 cuando Lambayeque logra fama internacional luego del descubrimiento del mausoleo real del Señor de Sipán.
Texto: Roberto Ochoa

2 comentarios

Fiorella Rodriguez -

Primeramente pedimos una ley fuerte que a todo traficante de tierras (Calificado) juzgarle por el DELITO DE TRAICIÓN A LA PATRIA, y no solo a los que encabezan o se aprovechan de los pobres invasores seguidores que son quienes nutren a tal traficante si no que también dicha ley debe alcanzar a todo funcionario o autoridad corrupta que se deja coimear o favorece para dar en concesión grandes extensiones de terreno a terceros para que lo sobreexploten o arruinen, este tipo de delito debe ser bien juzgado y severamente penado a tales delincuentes, ya que van en daño y perjuicio del territorio nacional patrimonio de todos en especial de los futuras generaciones.

jose -

muy buno